viernes, 16 de julio de 2010

Asterix, os peixes e a salsa armoricana?

Boas! cómo vos van as vacacións, a min estánseme rematando na versión 2.0 deste ano, para finais de agosto queda a derradeira versión; notaríades que xa había días que non puña nada, ainda que tiña varias ideas...

Isto que vos comento xa me leva tempo na cabeza, pero non atopaba un momento válido para volo traspasar. A receita en realidad non é a da verdadeira salsa armoricana, ainda que en moitas fontes é 'americana' non sei, o caso é que este mollo está boísimoe en calquera variante que fagades queda super rico, o asunto (ó meu entender)é darlle un fondo de marisco a un sofrito, que pode ser variabel*

Estaredesvos preguntando que pinta Asterix en todo isto, ben por un lado, sempre me gustaron moito os tebeos de Asteris (e Obelix), e por un lado sempre facían pelexan cos peixes dentro da aldea e por outro lado, a irreductible aldea gala estaba en Armorica así que unha cousa leva á outra.





Agora ó propio sería que lérades (se tedes tempo) este artigo que fala da historia deste prebe:


por Mikel Corcuera, de www.afuegolento.com



La Salsa Americana

No es casualidad que la salsa americana como muchos otros hallazgos gastronómicos, naciera de la pura improvisación y de momentos en los que la inventiva del cocinero ha de brillar con más luz que nunca. Este es el caso de una de las salsa más universales que se conocen. Y precisamente su génesis o alumbramiento se debe más a una casualidad que a otra cosa. Resulta que a finales del siglo pasado, un cocinero francés, Pierre Fraisse, más conocido como Peters, que había trabajado en América - de ahí el nombre de esta receta - propietario de un restaurante en París, una noche se le habían acabado casi todos los géneros, se le presentaron de improvisto unos buenos clientes. Según contó un restaurador llamado Garrigue a Curnonsky, Peters, que era la bondad personificada, consistió en ponerse de nuevo ante los fogones, no sin preguntarse con cierta inquietud qué podría servirles. "Mientras toman la sopa - se dijo- tengo tiempo de prepararles un plato de pescado". Pero no había pescado sino sólo algo de marisco. Y como ya no tenía tiempo de cocerlo en un caldo corto, utilizó lo que en ese momento tenía a mano: echó en una cazuela mantequilla, un poco de aceite, tomates, ajo picado y una buena dosis de coñac. Y cuando todo comenzó a hervir, Peters se dijo: "Sólo hay un medio para que la langosta cueza en senguida: cortarla en pedazos y echarla en la salsa. Así que ahí estaba el último ingrediente fundamental, la langosta troceada.

La salsa americana, también es llamada armoricana ya que fue inventada por un bretón, entendemos que el mismo Peters era bretón, Armórica es un nombre antiguo referido a Bretaña y al parecer, surgió la confusión cuando este nativo de Armórica emigró a América.

Fuera como fuese, el caso es que a partir del chispazo de ingenio de Peters, la salsa americana alcanzó la eternidad culinaria y fue conocida en todo el mundo. Tras la fórmula originaria aparecieron otras versiones, como la del gran Escoffier, que reinterpretó el plato introduciendo matices y toques personales.

En la actualidad el término a la americana se ha hecho extensible a otras guarniciones de pescado en las que por lo general se encuentran rodajas de langosta. También concierne a preparaciones de huevos, carnes o aves donde la guarnición incluye tomates y bacon.

Precisamente existe un plato ya clásico del recetario histórico vasco, que es una derivación de la langosta a la americana, hablamos del txangurro a la donostiarra, que surgió a principios de siglo, en la refinada Belle Epoque de San Sebastián de la mano de uno de los cocineros vascos más renombrados de aquel tiempo, Felix Ibarguren, Shisito. Este gran, no sólo cocinero, sino divulgador de la gastronomía, decidió sustituir la encopetada langosta por un crustáceo mucho más accesible y cercano a esta tierra, el centollo o txangurro. También optó por desmigar el marisco e introducirlo dentro del propio caparazón, para hornearlo a continuación. El caso es que es de los pocos platos del recetario histórico vasco que no entronca directamente con la cocina popular. Por cierto es curioso que debieron de pasar muchos años hasta encontrar nuevas fórmulas alrededor de este crustáceo. Con la renovación culinaria de los setenta, Luis Irizar y Juan Mari Arzak lo empezaron a hacer en forma de crepe, y el entonces jovencísimo cocinero hondarribitarra Ramon Roteta tuvo la idea de rellenar con txangurro unos pimientos del piquillo y bañarlos con salsa americana. Por supuesto desde entonces ha llovido mucho y ha habido mil y una transformaciones entorno al txangurro y a la propia salsa americana.




En fín, sacade as vosas propias conclusións, mentres tanto a min saíume isto:





* adicado ó cool ruler

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